miércoles, 30 de septiembre de 2009

El ángel de la muerte

No distingue entre pobre o rico,
adulto o niño, delgado u obeso.
No le da importancia quien tú seas,
siempre estará ahí, y sin saber tú lo esperas.

Sin previo aviso tocará a tu puerta,
despreciando el color de tu piel
pues en lo único que él piensa,
capturarte en lo oscuro, así de sorpresa.

Èl, pasando muy cerca mío,
ha tratado de que yo sea uno de sus elegidos,
en cruzar su sombrío camino eterno,
mas lo evite por que a mi vida me siento más unido.

¡El ángel de la muerte ha venido!
Ignorando tu sexo, edad y clase social,
viniendo por tan sólo una razón:
Desterrarte de tu cuerpo, y si es compasivo te dara la encarnación.

1 comentario:

  1. Muy bueno la verdad...
    La muerte, algo tan complicado, pero tú has hecho ver, de manera literaria, su función.
    Además señalaste algo muy cierto, que las personas que se aferran a su vida, pueden salvarse.
    Sigue escribiendo, lo haces bien... (Y)
    Muy bien Santiago

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